"También podría perjudicar a la industria del turismo, ya que es desagradable para los turistas ver a gente rebuscando en la basura para recogerla", dijo Decommarmond.
En la actualidad, los hoteles, los vertederos y las empresas son el único punto de recogida sistemática de las latas de PET y aluminio, ya que no existen servicios específicos de recogida.
Hay cinco centros comerciales principales en el archipiélago de 115 islas donde los coleccionistas depositan sus latas y botellas de PET. Tres están en Mahe y una en Praslin y La Digue, la segunda y tercera isla más poblada respectivamente.
Alvin Leste, que compra botellas de PET y latas de metal a los recolectores callejeros, dijo que la recolección es un negocio lucrativo.
"Lo vendo a los centros de canje cada año y suelo obtener 7.400 dólares (100.000 escudos). Sin embargo, se necesitan muchas botellas para conseguir esa cantidad de dinero", dijo Leste.
Algunos lugareños ven otra ventaja en la recogida de botellas y latas de PET.
"Desde la llegada de los recolectores informales, en su mayoría consumidores de drogas, los robos en el país se han reducido", dijo una ciudadana local, Sheryl Athanase.
Añadió que "sin embargo, deben recibir guantes, mascarillas y camisetas por motivos de higiene e identificación".
Según un informe -Gestión de residuos sólidos en Seychelles-, los recolectores informales pueden recoger unos 5.000 PET y latas al día.
Las botellas de plástico y las latas de aluminio no son biodegradables y pueden acumularse en los vertederos si no se reciclan.
