Los puestos de la playa o de la carretera suelen vender cocos frescos y otras frutas y verduras sin mostrar el precio, lo que obliga a muchos a preguntar si hay un precio fijo o cuál es el rango de precios justo.
Esto es especialmente problemático para los turistas, que a menudo son engañados al comprar un coco fresco por hasta 500 SCR, ya que no conocen los precios locales ni el valor de estos precios en su propia moneda.
La vicesecretaria de Asuntos Políticos, Margaret Pillay, dice a HOY que han escuchado muchas quejas de este tipo y que han querido abordarlas desde hace tiempo.
El objetivo del ejercicio es garantizar la calidad, la higiene y el comercio justo de los vendedores. El Consejo de Ministros también aprobó la propuesta de nuevas actividades para permitir la participación activa de los vendedores ambulantes de forma organizada.
Esto significa que no sólo tienen que presentar sus precios, sino que también tienen que estar registrados en el SENPA para poder vender legalmente. Según la Sra. Pillay, esto garantizará que haya un marco con los puestos conocidos que se registren para que el Departamento de Salud y la Comisión de Comercio Justo puedan trabajar juntos para garantizar que se cumpla la normativa.